EL CAPRICHO DE GAUDÍ
En la localidad cántabra de Comillas en 1883 y 1885, Antonio Gaudi por encargo del indiano Máximo Díaz de Quijano proyecta Villa Quijano, más conocida como el Capricho de Gaudi.
El proyecto fué toda una revolución al adelantarse a todas las vanguardias europeas del modernismo. En esta época en que Gaudi tenía 30 años, diseña un edificio muy colorido con adornos en cerámica vidriada y con una torre minarete como las que luego repetiría en otros trabajos.
El edificio tiene planta alargada en forma de U, con una superficie de 720 m2 y una planta de 15 x 36 metros. Consta de semisótano, planta noble y desván comunicados por dos escaleras de caracol, y con una torre cilíndrica en forma de alminar persa, revestida completamente en cerámica.
En su construcción se utilizaron materiales como la piedra, el ladrillo, el azulejo, el hierro y la teja combinados en diferentes tonos lo que otorgan una gran riqueza cromática al conjunto.
Muchas de las numerosas soluciones estructurales de la casa y ornamentales, responden a la afición que el propietario tenía por la música. Las cenefas en el exterior imitan un pentagrama, las barandillas tienen forma de clave de sol y semicorcheas y las ventanas notas musicales.
En la parte sur de la casa, en el interior en forma de U se encuentra el invernadero.
La decoración de la casa tiene toda clase de lujos ornamentales, generalmente con motivos decorativos de carácter geométrico y vegetal. Finalmente, sus paredes guardan historias familiares y recuerdos de un pasado indiano.