Los avances tecnológicos están revolucionando la vida de las personas, las compañías y de la sociedad en general. Las construcciones no se quedan atrás y en estos tiempos ya es posible, por ejemplo, ver y ajustar el funcionamiento de nuestra casa o empresa a través de un ordenador o teléfono móvil en temas sensibles, como la seguridad y el ahorro de energía. Esto es factible gracias a los edificios inteligentes.

¿Qué son y cómo funcionan los edificios inteligentes? 

Los edificios inteligentes -en inglés Smart Building– son aquellas construcciones que tienen instalaciones y sistemas (de seguridad, electricidad, climatización, telecomunicaciones, entre otras) que permiten una administración y un control automatizado e integral, con el objetivo de aumentar la eficiencia en el consumo energético, el confort y la seguridad.

La idea de Smart Building es aplicable a todo tipo de edificios. Lo que permite su desarrollo es la domótica, que es el sistema por el cual se permite automatizar cualquier recinto cerrado. Este sistema puede estar integrado por medio de redes interiores y también exteriores, cableadas o inalámbricas.

La red de control del sistema domótico se integra con la de energía eléctrica y ambas se entrelazan con el resto de las redes que haya en el edificio (televisión, Internet, telefonía, etc.). Como vemos, es un sistema integrado que funciona de manera coordinada y eficiente para generar instalaciones y técnicas con las tecnologías más eficaces en áreas de vital importancia, como lo son la seguridad, confort y consumo energético.

Áreas de influencia de los edificios inteligentes

La seguridad es un tema muy sensible y por eso los edificios inteligentes poseen una vigilancia automática de todas las personas, animales y bienes que ingresan. Este cuidado se realiza mediante cierre automático de todas las aberturas, control de posibles intrusos, cámaras de vigilancia y alarmas especiales que detectan inmediatamente una fuga de gas, un principio de incendio o fallos de suministros eléctricos.

Una vivienda inteligente facilita el ahorro energético, un tema que cobra cada vez más relevancia. Con estas tecnologías se administra de manera inteligente la iluminación, climatización y el uso de los electrodomésticos. Con estas acciones no sólo las tarifas eléctricas bajan considerablemente, sino que además se ahorra un recurso cada vez más valioso.

El recinto, gracias a la domótica, se convertirá en un lugar realmente muy confortable porque permite regular electrodomésticos, la ventilación, iluminación, persianas y más. Todo se administra al gusto del usuario.

Todas estas funciones pueden controlarse y supervisarse a través de un ordenador, teléfono móvil y tablet. A través de estos dispositivos tecnológicos se reciben avisos con información de irregularidades e información del funcionamiento de los equipos y las instalaciones.

Las tecnologías, como sabemos, avanzan a pasos agigantados. Estos recursos se van renovando y perfeccionando constantemente, y una característica fundamental de los edificios inteligentes es que sus funciones se adaptan a los cambios y progresos que se producen en cada área que abarcan.

Niveles en edificios inteligentes

Los niveles de inteligencia dependen, en primer lugar, del grado de inteligencia que se aplique en cada edificio o vivienda, y, en segundo lugar, de la cantidad y calidad de los sistemas y recursos automatizados. Estos niveles son tres.

• El primer nivel es para edificios con telecomunicaciones desarrolladas, pero que no están interrelacionados con instalaciones y equipos.
• El segundo nivel corresponde a aquellos recintos que tienen óptimos sistemas de automatización y control, pero que no están totalmente interconectados con las redes de transmisión.
• El tercero y último es el que tiene un gran desarrollo en telecomunicaciones que, a su vez, están totalmente integradas y sincronizadas con equipos, instalaciones y automatizaciones.

En definitiva, los edificios inteligentes son construcciones tecnológicas que están mejorando aspectos centrales en la vida de las personas y compañías, como la seguridad, el confort y el ahorro energético.